CARCEL DE UNA VIDA
Mi amor crece con ella.
En mis momentos de soledad
cuando la mirada vaga en el tiempo,
mis ojos están tristes,
llenos de melancolía.
Cuando siento su tierna mirada,
su dulce sonrisa,
sus armonizadas palabras
con la elegancia de su corazón,
siento tener el Universo en mi mano.
Mi amor no tiene dudas
sino ansias.
Mi amor no tiene límites
sino el momento.
Mi amor sobrepasa los horizontes
de la inmortalidad.
Desconcertado,
indigno ante mí mismo
por las secuencias de un amor incomprendido,
vago triste por el mundo
en busca de mi adiós terrenal.
Busco en su callado corazón,
beso en los labios de su alma,
pero todo en los sueños, en la imaginación
de mis emociones torturadas.
Me ama en el silencio de la noche,
en el despertar del día,
en los paseos de media tarde,
esos son los sueños de toda mi vida.
En mi ansiedad permanente
por el desconocimiento de mi amor,
me lamento, me torturo,
por la ausencia de mi valor.
Lucho con la alegría de mi vida,
me escondo de la luz de mi alma,
pierdo la orientación, mi sendero,
camino solitario en la vida.
ÁNGEL SANZ GOENA
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