viernes, 18 de febrero de 2011

PADRE VIVO



PADRE VIVO




¿Recuerdas, padre, aquellos momentos
en que tu preocupación y desencanto
vivían en tu corazón sediento
para que tu hijo fuera señor y santo?

¿……. aquellos desengaños
que vivían tu alma y tu corazón,
porque sentías la burla, el engaño
de un hijo con su eterna traición?

¿……. aquellos enfados
por las discrepancias con tu hijo mayor,
en quien el amor y confianza habías depositado
para que fuera siempre el mejor?

¿……. con qué ternura me mirabas
y la afrenta que te llegaba de mí,
porque no sentía el amor que me irradiabas
ni el apoyo que emanaba de ti?

¿……. todas aquellas vivencias
en una familia sencilla, estable y tradicional,
que mantenía las costumbres, la esencia
de una bella mirada espiritual?

¿……. todo el amor vivido
que supuso la delicadeza y el encanto
de un hogar cálido y sostenido
por la armonía en su más bello canto?

¿……. todo cuanto me has querido,
amado, y con gran admiración animado,
a que a la mayor cumbre de la vida haya subido
y a sostenerme cuando de ella he bajado?

¿ ……. cuánto me has ayudado
en que mi vida fuera estable y fuerte,
y en que creciera con tu amor agotado
por la tristeza de mi mala suerte?

¿……. cual fue tu sufrimiento
cuando mi corazón yacía en soledad
mientras de mi cuerpo te llegaba el lamento
de aquella penosa enfermedad?

¿……. ¡qué maravillosa suerte!
cuando tus pesares, miedos y tormentos
comprobaron que mi alma era fuerte
y llenaba con tu amor mis sentimientos?

¿Recuerdas, padre, el valor, mi voluntad
en seguir con fe mi propio destino
cuando nadie confiaba en la verdad
de mi triste y atormentado camino?

¿……. con qué dignidad
me abriste la puerta de tu hogar,
porque siempre confiaste en mi integridad
y en mi corazón con su forma de amar?

¿……. cuánto me has admirado
y has pretendido lo mejor para mí,
que en el silencio más profundo me has amado
y nunca me los has llegado a trasmitir?

¿Y recuerdas, padre, tus grandes enseñanzas,
las que emanaban muy profundas de ti,
que de nadie oíste ninguna alabanza,
porque nadie las pudo sentir?

El canto de la vida es tu bello canto,
el que tú llegaste a aprender,
el que traías con tu ser ya santo
como la aurora de un bello amanecer.

Los dos nos hemos amado en silencio.
Yo nací de tu sangre.
Vivo la riqueza que tú vives
con la grandeza de los más grandes


Ángel Sanz Goena
www.colordelalma.com
http://www.youtube.com/colordelalma
http://angelsanzgoena.blogspot.com

1 comentario:

  1. No hay palabra ni pincel que sea justo al intentar explicar el valor de un padre o una madre, por eso aplaudo este homenaje a aquel que te dió la vida.

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